domingo, 12 de febrero de 2012

POR UNA GUACHERNA SIN MONOCUCOS

Y no me refiero a la tradicional comparsa que nació hace muchos años a partir de la costumbre de algunos caballeros prestantes de la ciudad de Barranquilla que querían ocultar su identidad con este colorido disfraz y entonces se ponían el capuchón para poder ingresar a las verbenas o bailes de los barrios populares sin ser reconocidos y conquistar a jovencitas de menor estrato. Tradición que en 1995 fue rescatada por Roberto Guzmán bajo el nombre “Los Auténticos Monocucos De Las Nieves”.

Estoy hablando de la innumerable cantidad de personas que han tomado la costumbre de ponerse el capuchón y meterse en el desfile de La Guacherna sin haber previamente ensayado coreografía o armado un show que por lo menos iguale la calidad de los demás grupos que durante meses preparan sus presentaciones para brindarle al público un espectáculo de calidad.

El enfoque comercial que ha tomado el carnaval de Barranquilla no es un secreto para nadie. Y aunque esto ha sido criticado por  mucha gente inconforme, también es muy cierto que gracias a las organizaciones que han surgido y han tomado la dirección de esta festividad, el carnaval ha podido proyectarse a esferas nacionales e internacionales, generando una gran ventana abierta al comercio organizado durante la temporada carnavalera.

Sin embargo el negocio en el que se ha convertido desfilar en La Guacherna disfrazado de monocuco, sólo está favoreciendo a unas cuantas personas y marcas comerciales, que son los que arman su negocio a expensas de la reducción de calidad de este desfile nocturno.

Semanas previas a La Guacherna, circulaban por las redes sociales y por los mails mensajes como este:

“Vive la mejor Guacherna de tu vida…”
No te pierdas este desfile que se llevará a cabo el 10 de febrero.
Los mejores Monocucos de Barranquilla abren sus inscripciones este 15 de enero.
La “donación” de $60.000 incluye:
·         Distintivo para ser reconocido por el personal de seguridad
·         Transporte ida y vuelta del punto de encuentro
·         Entrada a una discoteca
·         Presentación de tres DJ’s
·         Una botella de 375cc de una reconocida marca de licores en el país
·         Y una botella de cerveza de otra marca comercial.

Es así como centenares de personas vestidas de monocucos logran ingresar en el desfile sin ningún tipo de control. La situación comienza a volverse desagradable porque van detrás de una gran máquina que amplifica el sonido (esto en el mejor de los casos, porque este año pasaron algunos grupos de monocucos caminando sin ton ni son o bailando con la música de la comparsa que venía delante o detrás de ellos), sin capuchas o con pelucas o antifaces totalmente ajenos al disfraz, algunas mujeres llevaban el vestuario anudado en la cintura, muy ebrios, fumando y bailando entre ellos, como si lo que más les importara es convertir en testigos de su diversión improvisada a las personas que sólo quieren ver un show de carnaval digno, responsable, respetuoso y muy elaborado.

El desenfreno que se vive al interior de estos grupos efímeros atenta contra la organización del carnaval mismo como fiesta popular. Este año por ejemplo, en la carrera 44 con calle 74, se armó una pelea entre un grupo de monocucos y espectadores que puso en peligro la seguridad de centenares de personas que queríamos disfrutar del espectáculo.


La situación se dio porque la circulación se detuvo por un instante y al parecer, los espectadores, fastidiados por ver pasar más monocucos que comparsas o disfraces, comenzaron a gritarle cosas a los monocucos; de un momento a otro, se armó la pelea entre los que estaban desfilando y los que estaban observando y centenares de personas corrían despavoridas buscando la mejor manera de resguardarse antes de que el incidente pasara a mayores. Yo no pude ver en qué quedó esta desafortunada situación, porque ya estaba tan decepcionada de ver monocucos, que decidí irme a dormir.

Los espectadores no estamos conformes con este negocio que ha surgido para empañar un evento tan significativo como lo es La Guacherna. Muchos nos preguntamos ¿Quién es el encargado de controlar la inscripción de los grupos que desfilarán en La Guacherna? La organización que controla todo lo relacionado con el carnaval, ¿Está al tanto de esta situación? Y si es así ¿No es consciente del grave daño que este negocio le está causando al desfile? Estas organizaciones temporales, asociadas únicamente para recorrer este desfile nocturno, están desplazando de su lugar físico y simbólico a otros grupos y disfraces (incluyendo a los Auténticos monocucos) que son la verdadera esencia de esta fiesta.

Como barranquillera que soy, defensora del carnaval y de la importancia que este tiene y como miembro activo durante años de varias danzas y comparsas, me atrevo a proponer soluciones para esta situación tan lamentable:
  •  Que todas estas agrupaciones temporales de monocucos desfilen después que lo hayan hecho  las danzas y comparsas que realmente aportan a esta fiesta.
  •   Que organicen un desfile independiente a La Guacherna,  en otra fecha, donde tengan cabida todas aquellas personas que tienen ganas de desfilar vestidas de monucucos y al que asistan como espectadores las personas que tienen ganas presenciar este espectáculo.

Y para mí la opción más coherente:
  • Que la empresa encargada de organizar Los Carnavales de Barranquilla, tome realmente el control de lo que sucede al interior de La Guacherna.

Siendo un evento oficial del carnaval de Barranquilla, merece el mismo trato que los demás y el público exige ver espectáculos de calidad, no esta falta de respeto que se vive en este desfile gracias a esta sobre población de “ficticios monocucos”.

Mayerlis Beltrán

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