Después de numerosas reuniones,
charlas, acaloradas discusiones, votaciones y algunos disidentes, un amplio
sector de artistas dedicados al teatro en la ciudad de Barranquilla, lograron llegar
un acuerdo para ejecutar la Temporada Teatral de Fin de Año 2013.
El evento que fue organizado por el Comité Distrital de Teatro y patrocinado por
la Oficina de Cultura, Patrimonio y Turismo de la Alcaldía de Barranquilla,
contó con la participación de quince grupos de la ciudad, trece de
larga trayectoria (más de diez años de ejercicio) y dos de corta trayectoria
(entre cuatro y nueve años de ejercicio), quienes del 14 al 22 de diciembre realizaron
treinta presentaciones en las salas de teatro ¡Ay Macondo!, Onomá, La Sala y
Atodas voces. La inauguración se realizó en La Plaza de la Paz.
(Afiche del evento)
Fue una excelente oportunidad
para que gran parte de los realizadores teatrales de la ciudad se organizaran,
compartieran puntos de vista, definieran objetivos en común y planes de acción
a futuro, empezando con esta muestra de fin año proyectada para el público
barranquillero y visitantes, en una época en la que por tradición la oferta
teatral pública es muy escasa. Es importante mencionar que las actividades
fueron de ingreso gratuito para todos los espectadores.
Poder llegar a un acuerdo sobre
qué tipo de propuestas participarían en esta muestra, fue un verdadero logro.
Después de constantes e interminables sesiones donde se intercambiaban –algunas
veces de manera acalorada- opiniones, por votación se decidió que se abriría la
convocatoria a las distintas manifestaciones de las artes escénicas teatrales: Teatro, Títeres, Pantomima, Circo, Clown,
Narración Oral, Improvisación Teatral y Teatro de Papel.
Fue así como la Corporación Cultural Nave (grupo que desde su nacimiento
se ha dedicado a la investigación y creación de trabajos escénicos donde se
mezcla la narración oral y el teatro), logró entrar a este selecto grupo de
participantes en esta muestra teatral.
(Corporación Nave. Obra: "Qué vaina con el sexo")
Por esa misma apertura en la convocatoria, estuvieron en escena otras
propuestas de alta calidad que no aplican en lo que sería la forma clásica de
abordar una puesta. Para nosotros, los de Nave, esta fue una de las
más valiosas ganancias que tuvo el movimiento: la posibilidad de ver en un mismo evento en esta ciudad, variadas
propuestas, cada grupo desde lo que le gusta hacer y no desde lo que se tiene
que hacer para agradar a los ortodoxos del teatro.
Sin embargo y tal como ya lo expusimos en la evaluación del evento
frente a los demás colegas participantes en la muestra, nos queda la sensación
de que aún hay ideas muy cerradas sobre la forma como deberían montarse los
espectáculos. Algunos realizadores teatrales están satisfechos sólo con lo que
ellos mismos hacen y con el trabajo de grupos con los que tienen algún tipo de simpatía.
En términos más técnicos, nos atrevemos a sugerir falta de objetividad a la
hora de analizar las propuestas de los demás.
Y esto fue perceptible incluso en la actitud que asumieron algunos hacedores teatrales cuando estaban de espectadores. Luego de terminada la primera función de “Qué
vaina con el sexo” del grupo Nave, en la que se contó con un número importante de
personas del gremio, estuvimos impulsados a escribir un manual llamado “De cómo actuar
para teatreros y no morir en el intento”, pero ya habíamos observado que los
portadores de esta actitud cambiaban dependiendo del grupo que estuviera en
función.
Con lo anterior no estamos cuestionando el por qué nuestra forma de asumir el
hecho teatral es recibida con agrado por algunos y por otros no, pues esas diferentes reacciones son apenas naturales en cualquier manifestación artística; la reflexión que hacemos
está dirigida hacia esa idea que nos hace creernos dueño de la verdad absoluta
y que nos lleva a pensar que las cosas están bien sólo si se hacen como
nosotros lo haríamos. Reconocemos y respetamos las diversas técnicas, caminos,
ideas y métodos confirmados para abordar la escena. Pero no son únicos.
Pretender quedarse sólo con eso es negar la posibilidad de que surjan formas
nuevas y es negarse también a que el quehacer teatral sea heterogéneo.
En Nave proponemos -y estamos
seguros que hay otros grupos que apoyan esta moción-, que se cuente con dos o
tres expertos que hagan las veces de curadores para garantizar la calidad en
todas las puestas en escena que se presenten en la temporada.
Esta idea ya fue lanzada en
reuniones anteriores y nos dimos cuenta que algunos directores del movimiento teatral
en Barranquilla no están de acuerdo. Hay quienes argumentan que por la amplia
trayectoria que tienen haciendo teatro, se
merecen estar en este tipo de actividades sin necesidad de pasar por un filtro. Pero, no
entendemos por qué esos que se niegan a ser revisados aquí, si aplican a convocatorias de otras ciudades, que
también manejan curaduría.
Por otro lado, en esta edición de la temporada circuló un boletín impreso llamado “Ojo pelao” a cargo de la compañía de
títeres Monicongo, en la que se exponían ideas muy personales de los
espectáculos ofrecidos. Nave aplaude esa iniciativa y propone que en cada muestra, temporada o festival, bajo la organización del Comité Distrital de Teatro, se
implemente este tipo de actividades, elaborando un formato que sea manejado por cada compañía participante, en
el que se expongan opiniones (incluyendo aciertos y desaciertos) de cada puesta
en escena vista durante la temporada. De esa forma no sólo se hace un documento
crítico que contribuya a enriquecer los trabajos de los demás grupos, sino que
sirve como registro de cada evento realizado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario